sábado, agosto 10, 2019

Cuesta


A mi la vida me enseñó a la mala lo que no quise aprender desde niña. Todo era mas fácil queriendo confiar en todos. Creyendo que la gente era buena. La vida me dio una lección fácil a los 5 años y no quise aprender.

Tiempo después, y mucho, no me pude saltar la clase, la tuve que tomar de principio a fin y pues a la mala se aprende, o se aprende.

Un día leí que las células del cuerpo se regeneran cada 7 años, y aunque tal vez el 7 es un mito, me hace estar mas tranquila.

Cuando la vida te tiene que enseñar algo, y no lo quieres entender, te lo va a poner una, y otra, y otra vez, hasta que pases decentemente o te vas al extraordinario. Creo que lo mío fue extraordinario.

Siempre he tenido el desapego a flor de piel, excepto con una ser a la vez. Siempre me cuesta y siempre me acompaña la sombra de alguien al siguiente nivel, que eventualmente abandono.

He aprendido ya que no puedes confiar en nadie. Ni tienes que. Pero principalmente no debes. No puedes confiarle tu ser a nadie. Darle la oportunidad de hacerte añicos por un error, por decisión, por inmadurez, o por la razón que sea. Y tarde o temprano esa oportunidad les llega.

Pero al final uno acaba confiando siempre, o al menos tratando de confiar en alguien, como si fuera el ultimo recurso para salvarte a ti mismo, de tu mente.


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