Nunca es suficiente.

A veces no puedo respirar,
me invade el miedo, me tiembla el cuerpo,
colapsan mis sentidos, me muerdo la lengua,
rechino los dientes, me duelen los dedos,
me quiero morir.
A veces no respiro,
no puedo pensar, no escribo,
no sé que quiero decir, te odio,
revuelvo la cama, me quedo temblando,
siento todo, te siento lejos, me siento sola,
me odio.
A veces no sé que me está pasando,
dejo de ser yo o soy más yo que nunca y me desconozco,
exploto de dolor, de rabia, de amor, de todo
y te sigo odiando.
A veces no se qué hacer con esto,
contigo, conmigo, con el mundo,
con mi ser, con mi cuerpo, con mis ganas,
con mi mente, con mis emociones, con mis ideas,
con mi descontrol.
A veces no sé que hacer conmigo misma y te digo que te odio
porque no puedo controlar el hecho de quererte tanto,
de que me hagas daño, de que me haga daño a través de ti.
No se como más decirte que no sé que hacer con mi vida
que me estoy perdiendo,
que quiero llorar más de lo que sonrío
y que casi nunca puedo respirar.
Que soy una ridícula porque no se qué quiero decir, pero se me ocurrió escribir esto.